Aunque no hay evidencias de que la Luna haya poseído en el pasado un
campo magnético global propio, hay algunos indicios de la existencia
tiempo atrás de un campo que además fue lo bastante fuerte como para
provocar las anomalías magnéticas geológicas observadas en estudios
anteriores.
En las casi cinco décadas transcurridas desde que los primeros estudios
lunares se llevaron a cabo como parte del programa Apolo de la NASA, los
científicos han propuesto una serie de teorías cada vez más complejas
para explicar las enormes cantidades de material altamente magnético que
fueron encontradas en algunas partes de la corteza lunar.
Ahora un equipo de investigadores ha propuesto una explicación
sorprendentemente sencilla para esos inusuales hallazgos: Las anomalías
magnéticas geológicas son huellas de la colisión de un asteroide masivo
contra la Luna.
Los autores del nuevo estudio, del Instituto Tecnológico de
Massachusetts (MIT), la Universidad de Harvard, también en Estados
Unidos, y el Instituto de Física del Globo de París, creen que un
asteroide se estrelló contra la Luna hace unos 4.000 millones de años,
dejando tras de sí un cráter enorme, así como material pétreo rico en
hierro y muy magnético.
La teoría propuesta por el equipo de Sarah Stewart-Mukhopadhyay es más
simple y directa debido a que el magnetismo en esas porciones anómalas
de la corteza lunar es más fuerte que el presente en las rocas lunares
normales, la investigadora plantea que una parte
importante del material de esas porciones no es lunar. Se sabe que hay
material asteroidal con mayor magnetismo que el de la Luna. Cabe, por
tanto, plantearse la posibilidad de que el hierro de un asteroide fue
magnetizado por el impacto y se depositó en la Luna.
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